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Decalogo del Papa Francisco para los Nuncios Apostólicos

El Santo Padre ha recibido esta mañana en la Sala Clementina del Palacio Apostólico a los participantes en la reunión de los Representantes Pontificios en curso en el Vaticano del 12 al 15 de junio.

Publicamos a continuación amplios fragmentos del discurso preparado por el Papa para esa circunstancia y que ha entregado a los presentes. “Una especie de "decálogo"  -dice el texto- que, en realidad, a través de vosotros se dirige  también a vuestros colaboradores y, de hecho, a todos los obispos, sacerdotes y personas consagradas que se encuentran en todas las partes del mundo”.

 

Fragmentos del discurso del Santo Padre

 

1- El nuncio es un hombre de Dios.


Ser un "hombre de Dios" significa seguir a Dios en todo y por todo; obedecer sus mandamientos con alegría; vivir por las cosas de Dios y no por las del mundo; dedicarle libremente todos los recursos, aceptando con un espíritu generoso los sufrimientos que surgen como resultado de la fe en Él. El hombre de Dios no  engaña ni defrauda a su prójimo; no se deja ir a chismes y calumnias; conserva la mente y el corazón puros, preservando los ojos y los oídos de la inmundicia del mundo.

2- El nuncio es un hombre de Iglesia.

 

Al ser un Representante Pontificio, el nuncio, no se representa a sí mismo, sino a la Iglesia y, en particular, al sucesor de Pedro... Es feo ver a un nuncio que busca el lujo, los trajes y los objetos “de marca” en medio de  personas sin lo necesario. Es un contra-testimonio. El mayor honor para un hombre de la Iglesia es ser "siervo de todos".
 

Ser hombre de la Iglesia también requiere la humildad de representar el rostro, las enseñanzas y las posiciones de la Iglesia, es decir, dejar de lado las convicciones personales.
 

Ser un hombre de la Iglesia significa defender valientemente a la Iglesia ante las fuerzas del mal que siempre intentan desacreditarla, difamarla o calumniarla.

 

3- El nuncio es un hombre de celo apostólico.

 

El nuncio es el anunciador de la Buena Nueva y al ser apóstol del Evangelio tiene la tarea de iluminar el mundo con la luz del Resucitado, de llevar a Cristo a los confines de la tierra. Es un hombre en camino que siembra la buena semilla de la fe en los corazones de quienes encuentra. Y aquellos que se encuentran con él deberían sentirse, de alguna manera, interpelados.

 

La indiferencia (es) una enfermedad casi epidémica que se está propagando en varias formas, no solo en la generalidad de los fieles, sino también entre los miembros de los institutos religiosos. Dios es digno de gloria infinita… La gloria de Dios brilla sobre todo en la salvación de las almas que Cristo ha redimido con su sangre. De ello se deduce que el compromiso principal de nuestra misión apostólica será procurar la salvación y la santificación del mayor número de almas.

 

4- El nuncio es un hombre de reconciliación.

 

Una parte importante del trabajo de todo nuncio es ser un hombre de mediación, de comunión, de diálogo y de reconciliación. El nuncio siempre debe tratar de ser imparcial y objetivo, para que todas las partes encuentren en él al árbitro correcto que busca sinceramente defender y proteger solo la justicia y la paz, sin dejarse nunca involucrar negativamente.


Si un nuncio se encerrase en la nunciatura y evitase encontrarse con la gente, traicionaría su misión y, en lugar de ser un factor de comunión y reconciliación, se convertiría en obstáculo e impedimento. Nunca debe olvidar que representa el rostro de la catolicidad y la universalidad de la Iglesia en las Iglesias locales dispersas en todo el mundo y ante los gobiernos.

 

5- El nuncio es un hombre del Papa.

 

Como Representante pontificio, el nuncio no se representa a sí mismo, sino al Sucesor de Pedro y actúa en su nombre ante la Iglesia y los gobiernos, es decir, concreta, implementa y simboliza la presencia del Papa entre los fieles y las poblaciones. Es hermoso que en varios países la Nunciatura se llame "Casa del Papa".

Ciertamente, todas las personas pueden tener reservas, simpatías y antipatías, pero un buen nuncio no puede ser hipócrita porque el Representante es un trámite, o mejor dicho, un puente de conexión entre el Vicario de Cristo y las personas a quienes ha sido enviado, en una zona determinada, para la cual ha sido nombrado y enviado por el Romano Pontífice.


Por lo tanto, es irreconciliable ser un Representante pontificio y criticar al Papa por detrás, tener blogs o incluso unirse  a grupos hostiles a él, a la Curia y a la Iglesia de Roma.

 

6-El nuncio es un hombre de iniciativa.


Es necesario tener y desarrollar la capacidad y la agilidad para promover o adoptar una conducta adecuada a las necesidades del momento sin caer nunca en la rigidez mental, espiritual y humana, o en la flexibilidad hipócrita y camaleónica. No se trata de ser oportunista, sino de saber cómo pasar de la ideación a la implementación teniendo en cuenta el bien común y la lealtad al mandato.

 

7- El nuncio es un hombre de obediencia.

 

La virtud de la obediencia es inseparable de la libertad, porque solo en libertad podemos obedecer realmente, y solo obedeciendo el Evangelio podemos entrar en la plenitud de la libertad. La llamada del cristiano, y en este contexto, la del Nuncio  a la obediencia es la llamada a seguir el estilo de vida de Jesús de Nazaret.

Documentos disponibles:
Decalogo-del-Papa-Francisco-para-los-Nuncios-Apostolicos-130619.pdf





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